ıllıllı ω я ι т є ω ι т н м є ıllıllı

ω я ι т є ω ι т н м є
A veces los sueños estan tan alejados de la realidad que,
cuando uno sueña con volar,
segundos despues termina en el suelo
con varias extremidades rotas y un derrame cerebral

(Jazz Noire)

15 feb 2011

Sello y Águila



"Sello y Águila"

Dos preguntas, dos posibles respuestas y una sola moneda lanzada al aire.

La moneda fue lanzada en el aire, a la par de una interrogativa.

Y solo dos probables respuestas…

Águila: Si Sello: No

Suspiraste aliviada, alivio que te sorprendió a ti misma. Sello era la repuesta.

Nuevamente la misma moneda giraba en el aire, pero esta vez la interrogativa lanzada era diferente.

Y solo las mismas dos probables respuestas…

Águila: Si Sello: No

Sonreíste traviesa. La respuesta ahora era Águila.

¿Cuántas veces las lanzaste? ¿Cuántas veces le hiciste las dos mismas preguntas a aquella moneda esperando que te diera la respuesta que deseabas escuchar?

Una… tres… cinco…

Mucho importaron las veces; mucho importaron las respuestas erróneas, cuando “águila” no era la respuesta y “sello” se perdía al otro lado de la moneda.

Y al final del día ya tenias tomada una decisión: Le harías caso a “sello” y “águila” se convertiría en tu única opción.

¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas esas noches en que “sello y águila” eran tu única preocupación? Tus únicos pensamientos a lo largo de 24 horas que parecían interminables…

Y al final de la semana ya tenias tomada una decisión: “Sello y águila” se harían realidad un miércoles. Si, un miércoles donde ambos estuvieran solos. Fuera al saludo o a la despedida, “sello y águila” se harían realidad un miércoles.

Sería sencillo y rápido. Callarías por el “sello” y te acercarías a él por el “águila”. Así era el plan. Caminando juntos un miércoles, los dos solos por los pasillos repletos de estudiantes. Mucha gente a su alrededor, pero nadie lo suficientemente cerca para volver su pareja un trío. Sus amigos lejos, tus amigas también, solo los dos. Así era el plan.

Pero ese miércoles tardo en llegar, nunca estuvieron los dos solos. ¿Excusas? Quizás, para ti nunca estaban lo suficientemente solos.

La espera fue demasiada, te mataba cada miércoles el saludo lejano y la despedida pública. Y comenzaste a entrar en pánico viendo aquel miércoles tan lejano; incluso pensaste que nunca llegaría.

¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas aquel momento que estuviste a punto de realizar el “águila” e ignorar el “sello”? Pero cada vez que lo intentaste, cada vez que lo pensabas él se alejaba y tu morías de miedo porque él no regresara.

Esas eran señales de que tenias que obedecer a “sello” y hacer realidad el “águila”.

Y al final de un mes ya tenias tomada una decisión: Había llegado el miércoles que tanto esperabas.

Como olvidar tus pasos esa mañana. Los sentías lentos, pesados, como deseando que el suelo te detuviera en aquel momento. Pero no lo hizo, no te detuvo. Solo tu corazón casi axfixiado por cada nuevo impacto de tu zapato en el piso.

Y ahí la sonrisa traviesa otra vez cuando lo viste a lo lejos, caminado hacia ti, solo hacia ti. Tus pasos se detuvieron, y tu corazón murio al instante del saludo de ese dia.

Muchas personas mirando; sus amigos cercanos, tus amigas tambien. No, ese no era el momento y lo sabias, asi que el “aguila” no llego sino al momento de la despedida.

Los dos solos, tal y como habias pedido. Ya no tenias mas excusas.

Él se acerco para alejarse de ti como debia de hacerlo, para besar tu mejilla y susurrar una despedida.

Ese fue tu momento, tu señal. El susurro nunca llego y dejaste que él hiciera el trabajo dificil. Solo tu te volteaste en el momento preciso y *ploff* ahí estaba tu “aguila” vuelta realidad, encarnada en aquel leve y timido roce de labios que tanto deseabas.

Él no se movio. Sus ojos abiertos, emanando sorpresa por cada poro de su piel.

Y tu nuevamente con la traviesa sonrisa, ni siquiera te despediste aquella vez. Solo escapaste de lugar dejandolo solo con su confusión, a penas asimilando la sensación y el aroma de tus labios sobre los suyos.

¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas tu saboreando ese momento mentalmente? Al fin y al cabo, ya habias obtenido lo que querias, ahora solo quedaba esperar si el tambien queria obtener mas de eso que ya habias obtenido: Sus labios sobre los tuyos y algo más.

Ese día, hace exactamente un mes, la moneda fue lanzada en el aire, a la par de una interrogativa: “¿Le debo decir que me gusta?”

Y solo dos probables respuestas…

Águila: Si Sello: No

Suspiraste aliviada, alivio que te sorprendió a ti misma. Sello era la repuesta.

Nuevamente la misma moneda giraba en el aire, pero esta vez la interrogativa lanzada era diferente: “¿Debería de robarle un beso?”

Y solo las mismas dos probables respuestas…

Águila: Si Sello: No

Sonreíste traviesa. La respuesta ahora era Águila.

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