ıllıllı ω я ι т є ω ι т н м є ıllıllı

ω я ι т є ω ι т н м є
A veces los sueños estan tan alejados de la realidad que,
cuando uno sueña con volar,
segundos despues termina en el suelo
con varias extremidades rotas y un derrame cerebral

(Jazz Noire)

17 dic 2009

Tiempo



"Tiempo"
Sin funeral se ha muerto
Sin recibimiento ha llegado
Nace, vive y muere
Sin saber que pasa el tiempo

Minutos que han quedado olvidados
Enterrados en la profundidad de la memoria
Segundos que no han tomado importancia
En la vida de las personas

Pareciera que en la humanidad
El futuro fuera la eternidad
Y que no existiera el pasado
En la mente de los que han soñado

Bellos semblantes del recuerdo
Que nunca se podrán vivir
Falsas épocas ignoradas
Que el tiempo solo guardara

Mira, pero no solo lo hagas al frente
Camina, pero no temas detenerte
Disfruta cada minuto
Vive cada segundo


13 dic 2009

Al Borde


"Al Borde"

Todo amor tiene que llegar a un final... Pero a veces ese final puede ser demasiado trágico, sobre todo si aun no ha tenido un comienzo. "¿Cuánto más podría sostenerla?"




La mire directo a los ojos. Era sorprendente como podía mantener la calma en un momento como ese. Pero lo sabía, pronto el pánico se apoderaría de ella como a cualquier otro individuo normal. Y así fue. Desvió su mirada de la mía y comenzó a llorar en silencio, sintiendo el movimiento que hacia su cuerpo cada vez que acallaba un sollozo.

No la culpaba, yo también deseaba llorar, tragarme mi orgullo de hombre y llorar; pero alguien tenía que ser fuerte por los dos. Así que atragante el llanto en mi garganta a pesar de las fuertes punzadas que atormentaban mi brazo y de todas las piedras que se encajaban cada vez más profundo en mi pecho y estomago. Miré hacia el cielo y vi como este comenzaba a oscurecer. ¿Por qué demonios tardaba tanto?

- ¿Qué tal que si le damos una lección a Armando por habernos metido en esto? – le pregunte tratando de distraerla, aunque en mi voz se pudo distinguir un toque de preocupación.

Ella me miró sorprendida y, a pesar de que en ningún momento las lágrimas dejaron de salir de sus ojos, me siguió en la conversación.

- S-sí, él y sus e-excursiones. Q-quizás colgarlo de cabeza s-sería el mejor c-castigo.

Me reí un poco, me pareció una grandiosa idea, pero callé rápidamente al ver que ella no me había seguido. Reírme en un momento así era pasarme totalmente de la raya. ¡Qué idiota había sido!

- ¿Crees que de verdad vendrán? – preguntó de pronto, o por lo menos eso fue lo que logré escuchar debido a que su voz era apaga por los sollozos.

- Claro que vendrán. Ellos… ellos no han de tardar.

- ¿De verdad lo crees?

Esa había sido una pregunta muy interesante. Tenía que creer por ella, pero… ¿En realidad lo hacía? ¿En realidad creía?

No pude contestarle, así que ambos caímos nuevamente presas del silencio. Sabía a la perfección que con eso había matado cualquier gramo de esperanzas que aún quedaban en ella. No había nada más que quisiera en ese momento que abrazarla y decirle que todo iba a salir bien pero, si lo hubiera podido hacer, desde un principio no estaríamos los dos metidos en ese problema.

El tiempo pasaba… ¿Cuánto más podría sostenerla?

Un leve temblor en mi brazo adormecido perturbo mis pensamientos, al mismo tiempo que sentí como el peso de ella se volvía extrañamente mayor, como si este se concentrara cada vez más en una proporción menor en mi mano. Sus dedos se comenzaban a resbalar de los míos. El tiempo se había agotado, ella pronto caería al abismo.

Intente subirla nuevamente, desesperado por hacer algo, pero de nuevo el frágil suelo en el que nos encontrábamos comenzó a despedazarse poco a poco abajo de nosotros. Si continuaba, ambos caeríamos; pero si no hacía algo pronto, ella seria quien caería.

Comencé a entrar en pánico, nunca pensé que Armando tardaría tanto en ir a buscar ayudar. El tiempo se había agotado y yo solo podía observar como Ruth se resbalaba de mi mano. Me sentía impotente.

- Es patético que solo pueda hacer esto al haber llegado a tal extremo… - escuchar su voz me sorprendió, y aún más cuando mire los labios de ella dedicándome una sonrisa, mientras que su rostro era enmarcado por crueles lágrimas de tristeza.

- Ruth…

- Leo… yo…

Lo último que sentí de ella fue su mano resbalarse de la mía.

Lo último que vi de ella fueron aquellos lindos ojos inundados de lágrimas desvanecerse a través de la oscura penumbra de la montaña.

Lo último que escuche de ella fueron aquellas palabras por las cuales hubiera matado por oírlas antes de su muerte.

- Yo también te amo… - Susurré, mientras a lo lejos se podía escuchar el perfecto eco de varios pasos acercándose hacia donde, en ese momento, yo solo me encontraba.

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